La Orquesta
Lo encantador de la música es la combinación de acordes, ritmo y melodía. Uno solo de estos elementos no produce el mismo encanto. Con una sola nota no se puede componer una canción y un solo instrumento no suena lo mismo que una orquesta.
Igual sucede con las iglesias, juntas producen música más encantadora. Sin embargo, algunos líderes crean en sus congregaciones una cultura de aislamiento en la cual la iglesia invierte toda su energía y sus recursos en ella misma, ignorando que Dios nos llama a ser de bendición a las naciones.
Con una mentalidad de aislamiento, una congregación no emprende proyectos a nivel local, ni global porque saben que no pueden, pero no pueden porque escogieron estar solos. Unidas con otras iglesias si impactarían a nivel local y global.
¿Se imagina una orquesta en la cual, cuando el director da la señal inicial, cada uno toca la obra de su preferencia? ¡Eso sería horrible! Pero nunca ha sucedido porque todos entienden que, aunque tienen sus preferencias, cuando uno es parte de una orquesta se supone que van a tocar lo mismo, al mismo ritmo, en la misma clave y en armonía.
Los líderes cristianos necesitamos seguir el ejemplo de los músicos, Ellos renuncian temporalmente a sus agendas y preferencias para interpretar juntos obras musicales y la gente paga con gusto para disfrutar de su trabajo.
El Señor Jesús oró así: “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mi por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” Juan 17: 20-21. ¿Podría Ud. Responder a la oración de Jesús con un amen?
The Orchestra
The beauty of music is in the combination of chords, rhythm, and melody. No single one of these elements can produce the same effect. With just a single note, you can not compose a song, and a single instrument does not sound the same as a full orchestra.
The same happens with churches; together they produce something more enchanting than they can separately. However, some leaders lead their congregations in a culture of isolation where the church invests all its energy and resources in itself, ignoring that God calls us to be a blessing to the nations.
With a mentality of isolation, a congregation does not undertake projects on a local or global level, because they know they can not. The only reason this is so, however, is because they choose to be alone. United with other churches, any church can impact the world both locally and globally.
Can you imagine an orchestra in which, when the director gives the initial signal, each plays the work of his choice? That would be horrible! But it doesn't happen, because everyone understands that, although they have their own preferences, they work together. When one is part of an orchestra, they are supposed to play the same piece, at the same rhythm, in the same key and in harmony, even if those roles look different.
Christian leaders need to follow the example of the musicians. We must temporarily renounce our agendas and preferences to perform together, and people will willingly come to enjoy what's happening.
The Lord Jesus prayed: "But I pray not only for these, but also for those who will believe in me through their word, so that all may be one; as you, O Father, in me, and I in you, may they also be one in us; so that the world may believe that you sent me. "John 17: 20-21.
Does the way your leadership looks respond to the prayer of Jesus with an amen?