COVID-19: UN MARCO TEOLÓGICO PARA AJUSTAR LAS FUNCIONES DE LA IGLESIA
El siguiente artículo es parte de una recopilación de recursos para considerar sobre las prácticas presentes de su iglesia a la luz la pandemia del COVID-19. Esta recopilación de artículos está diseñada para ayudar a los pastores, líderes de la iglesia y miembros a tomar medida que desarrollan estrategias para el futuro inmediato de su iglesia. La Gran Comisión no se detiene ante una tormenta, un tiroteo o una pandemia. Sin embargo, la metodología de comunicación del evangelio será diferente en cada uno de esos casos y los contextos culturales y regionales juegan un papel en la configuración de los canales a través de los cuales el evangelio fluye más fácilmente. Hay mucho que desempacar aquí.
Con cambios en nuestras circunstancias ocurriendo cada hora, sabemos que los pastores y líderes de la iglesia deberán ser flexibles en la forma en que ministran en las próximas semanas. Nuestro intento con esta colección de artículos no es prescribir un programa o método en particular, sino alentar a los líderes a reevaluar constantemente sus circunstancias a través de un marco teológico saludable a medida que reciben nueva información.
En esta recopilación, encontrará nuestras respuestas a las siguientes preguntas:
Durante la última semana, muchas iglesias han tomado decisiones muy desafiantes con respecto a la manera que funciona su iglesia. Las respuestas fueron desde no hacer absolutamente nada diferente a alterar por completo todos los aspectos del servicio de adoración trasladando todo a las redes sociales. Entre esos dos extremos hay innumerables variedades de enfoques. Por supuesto, estas no son decisiones fáciles, e instamos a los pastores y líderes a abordarlos con humildad, demostrando gracia para otros que manejan estas decisiones de manera diferente. Pero ¿debe ser la respuesta para cada iglesia hacer lo que es correcto a sus propios ojos? ¿Deberíamos aceptar todas las respuestas como igualmente válidas?
Por supuesto que no.
Si bien debemos extender gracia a los demás, también debemos darnos cuenta de que la iglesia debe responder con fidelidad, debe surgir de un entendimiento bíblico de la iglesia y su misión. La Biblia es clara y extensa en las definiciones de la iglesia y su misión, pero queremos señalar cuatro temas que encontramos particularmente significativos en este momento.
LA IMPORTANCIA DE LA ADORACIÓN Y LA REUNIÓN DE LOS SANTOS
Primero, la iglesia local es una asamblea encarnada de creyentes que deposita extrema importancia en la reunión de los santos juntos para adorar a Dios (Hebreos 10:25), la edificación de los santos (Efesios 4:11-16) y la proclamación del Evangelio (Hechos 1:8). La congregación que describe la biblia necesita congregarse cara a cara o morirá. No podemos abandonar la reunión de la iglesia local.
En otro artículo, mencionamos cómo algunos han usado y mal interpretado Hebreos 10:25 como justificación para prácticas imprudentes en medio de una pandemia. La importancia de congregarse regularmente para la salud de la iglesia no puede ser exagerada, pero hablamos de nuestra cultura occidental, en los Estados Unidos (y no de la Biblia) cuando decimos que esas reuniones deben ser grandes producciones todos los domingos que se reúnen a las 10 am para que luego podamos llegar a Luby's al mediodía.
Considere la forma en que las iglesias del resto del mundo se congregan. Cuando yo (Keelan) era misionero en África, nuestras iglesias a menudo eran de 10 personas sentadas debajo de un árbol. Sin púlpito. No hay grupos de alabanza. La iglesia perseguidas en partes del mundo se ha reunido durante años en hogares y lugares secretos. ¿Renuncian a congregarse porque nunca han tenido una campaña financiera para edificar un lugar elegante a la orilla de la carretera para reunirse?
Sin embargo, hay un error en el lado opuesto que también debemos evitar, porque la iglesia bíblica debe congregarse. Para poder navegar bien por esto, nosotros los que estamos tomamos decisiones sobre qué debe hacer la iglesia en estas próximas semanas debemos encontrar maneras de crear oportunidades, lo mejor posible, para la reunión de los santos. La identidad misma de la iglesia tengan encuentros juntos (Hechos 2:41-47). Gran parte de la vitalidad de la iglesia proviene de la capacidad de sus miembros participar en lo que las Escrituras describen como los "mandamientos mutuos" (Juan 13:34, Romanos 12:10, 12:16, 14:19, 1 Tesalonicenses 5:11). Descuidar la Reunión de los santos elimina las oportunidades para que nuestras congregaciones se amen y se apoyen mutuamente, lo cual es crucial en momentos como este.\
Con las recientes noticias del CDC instando la suspensión de reuniones de más de 10 personas, probablemente significa que no se debe tener el tipo de reuniones en lugares como los que usamos para el servicio del domingo y otras reuniones de la iglesia por unas cuantas semanas. Aun esto sin embargo, pueda que no sea suficiente. Si entramos en un verdadero escenario de toque de queda, aun las reuniones de grupos pequeños puedan detenerse por una temporada. En momentos como estos, es posible que por algún tiempo (Esperamos) breve tengamos que reunirnos por vía telefónicas o video y usar este tiempo para reflexionar en la importancia de congregarnos. Si nos vemos obligados a un aislamiento verdadero por un período de tiempo, entonces quizás podamos crear anticipación dentro de nuestras congregaciones sobre el regreso de la reunión de los hermanos Juntos.
Independientemente de los que se requiera de nosotros, debemos hacer todo lo posible para fomentar una atmósfera que de importancia a congregarnos juntos dentro de nuestros lugares de adoración. Puede ser una reunión más pequeña de lo que normalmente estamos acostumbrados, o puede ser a través de medios de redes sociales, o puede ser servicio de adoración diferente a las reuniones semanales. Sin embargo, la iglesia debe unirse lo mejor que pueda.
LA IMPORTANCIA DE AMAR A LAS OVEJAS
Segundo, los pastores son llamados a proteger a sus ovejas (1 Pedro 5: 2). Muy a menudo, suponemos que esta protección tiene que ver con herejía o pecado o alguna forma de enseñanza antibíblica. Aunque esto es cierto, no creemos que la responsabilidad pastoral termina en la doctrina. Cuidar de las ovejas significa cuidar su corazón, mente, cuerpo y alma.
En tiempos como estos, llenos de incertidumbre, Cuidar a las ovejas significa llamarlos a confiar en la seguridad que solo se encuentra en el evangelio. Significa guiar a nuestras congregaciones hacia la confianza del Dios soberano, todopoderoso que tiene el mundo entero en sus manos, y recordarles la promesa que su iglesia estará con él por la eternidad. Sin embargo, también significa protegerlos de los falsos evangelios que afirman que las personas deben tener suficiente fe (quizás ir a reuniones grandes en medio de una pandemia) para que Dios los bendiga y aseguran que Dios los protegerá contra de la enfermedad. Nuevamente, ese es un evangelio de prosperidad, no el evangelio bíblico. Recuérdale a ese falso evangelio la historia de la iglesia, de los miles de creyentes que murieron junto sirviendo a los que tenían enfermedad en tiempos de peste.
Aún más, en ocasiones extraordinarias como las que ahora presenciamos, la protección de las ovejas se extiende al bienestar físico real. Todos reconocemos que una gran cantidad de nuestras iglesias evangélicas en los Estados Unidos están desproporcionadamente inclinadas hacia personas de edad mayor. Debemos considerar a aquellos en nuestras congregaciones, nuestros hermanos y hermanas, que corren el mayor riesgo de complicaciones graves de este virus.
LA IMPORTANCIA DE AMAR AL PRÓJIMO
Tercero, a los cristianos se nos ordena amar a nuestro prójimo (Mateo 22:36-40). Seguramente, en tiempos sin precedentes en los que vivimos este sea un concepto complicado. Hace solo unas semanas, pensamos que sabíamos lo que significaba amar a nuestros prójimos. Hoy, este mismo mandamiento parece requerir mucho más. Al Mohler lo dijo de esta manera: “Para los cristianos, el mandato de amar a nuestro prójimo ahora se ve muy diferente dadas las realidades del coronavirus ... Pero la iglesia de Jesucristo ha estado aquí antes. Los cristianos a lo largo de la historia de la iglesia han enfrentado el desafío de la peste. Nuestras circunstancias y situaciones son diferentes, pero la teología y nuestro compromiso como cristianos siguen siendo los mismos.”
Muchos han recurrido a Twitter y Facebook para explicar que, en momentos como estos, amar verdaderamente al prójimo podría significar mantenerse apartado de ellos. Así como consideramos a los que están en riesgo dentro de nuestras propias congregaciones, también debemos considerar el riesgo generado por la rápida propagación de esta enfermedad para aquellos que están fuera de nuestras congregaciones, aquellos que pueden no tener un conocimiento real del verdadero evangelio. En una pandemia, crear distancia social salva vidas. Amar al prójimo, al menos a corto plazo, puede significar cooperar con el gobierno y otros para crear el aislamiento físico necesario para frenar este virus.
Sin embargo, debemos ser cuidadosos y no pasar por alto los otros aspectos del amor al prójimo que son tan esenciales para el testimonio de la iglesia como cumplir con la necesidad de distanciamiento. Después de todo, nuestros prójimos no son simplemente seres físicos, animales sin alma. El Sentimientos de aislamiento vendrán. El miedo y la desesperación están a la vuelta de la esquina incluso ahora mismo. Una crisis como ésta descubre el vacío del materialismo y la gran cantidad de falsos evangelios. Ahora más que nunca, debemos encontrar maneras de amar a nuestros vecinos creando espacio y hablando con claridad sobre la única esperanza verdadera y dónde se encuentra.
LA IMPORTANCIA DE LA GRAN COMISIÓN
Cuarto, no podemos detener la Gran Comisión (Mateo 28:18-20). Ahora no es el momento de retirarse. El evangelio no es menos cierto hoy de lo que era antes de COVID-19. En momentos como estos el mensaje de salvación es deseable, y el mandato de ir y hacer discípulos todavía se aplica. Sería demasiado fácil para nosotros descuidar la Gran Comisión esta semana, y enfocarnos en hacer planes de cómo vamos a hacer los pagos semanales, en lugar de ver nuevos discípulos de Cristo. Estaremos tentados a usar la necesidad del aislamiento físico y el distanciamiento social como una excusa fácil para la inactividad, pero esto no puede ser. Las crisis perturban los corazones, pero el evangelio sana esas heridas. No podemos perder la potencial sensibilidad y apertura al Espíritu que seguramente ocurrirá con las personas a nuestro alrededor.
¿Cómo cumplimos la Gran Comisión en aislamiento social? Como dijimos antes, estas son preguntas difíciles, pero es nuestra responsabilidad buscar juntos esas soluciones con mucha oración y sabiduría. Ed Stetzer proporcionó un excelente artículo que aborda muchas de estas preocupaciones. En su artículo, desafía a las iglesias a no abandonar la Gran Comisión. Stetzer proporciona una lista de maneras específicas para interactuar con otros durante este tiempo que demuestran el amor al prójimo y proporcionan oportunidades para la proclamación del evangelio. Sugiere acciones como:
Brindar cuidado infantil a los trabajadores de la salud cuyos hijos no están asistiendo a la escuela.
Caminar el perro de un vecinos de edad mayor.
Ofrecerse para buscar alimentos y suministros para las personas más expuestas.
Llamando y enviando mensajes de texto regularmente a las personas de su vecindario para saber como se encuentran
Ofrecer palabras de ESPERANZA para aquellos que enfrentan ansiedad y depresión.
Cuando tenga que ir de compras, pregunte a los trabajadores de cómo están y dígales que orara por su seguridad.
Él enumera más, y sabemos que los miembros de la iglesia pueden ser creativos para encontrar formas de ministrar en este momento a aquellos que están sin la esperanza que nosotros tenemos. Por supuesto, no solo debemos estar dispuesto para servir, también debemos estar dispuestos a compartir las buenas nuevas del evangelio. Sea decidido para satisfacer las necesidades física y espiritual en este momento, pero sea igual de valiente para presentar la esperanza que hay en nosotros (1 Pedro 3:15).
Finalmente, Stetzer ofrece un estímulo adicional que creemos debe considerar. Cuando esto pase, y por la gracia de Dios eventualmente pasará, debemos planear celebrar ese momento como comunidad cristiana e invitar a nuestros vecinos a esa celebración.
Esto sabemos: su iglesia no tiene que reunirse el domingo por la mañana a las 10 am en un gran auditorio para ser la iglesia o incluso demostrar que Dios tiene poder sobre todo esto, pero absolutamente debemos proclamar las buenas nuevas del Cristo crucificado y resucitado en una comunidad en caos. Equipar a los santos para este ministerio, porque ese es el camino que debemos caminar en estos tiempos de crisis.