Reflexiones En Tiempos Del COVID-19

En estos días de encierro por causa del COVID-19, me he dado cuenta de varias cosas que ignoraba acerca de mí mismo. Por ejemplo:

1.     Ignoraba que estaba mucho más atrasado en el uso de la tecnología de lo que pensaba.

2.     Ignoraba que realmente no estaba preparado para trabajar en casa, lo había hecho por uno o dos días, pero no como una rutina permanente.  

3.     No sabía mucho como se transmiten los virus y las bacterias.

4.     Tampoco sabía cómo protegerme efectivamente de los virus.

Por ahí leí, o escuché a alguien decir que los lideres tenemos un problema serio cuando pensamos que sabemos suficiente. Cuando eso sucede, nuestro aprendizaje se estanca y se retrasa porque el mundo sigue andando, no se detiene a esperarnos.

Como lo han dicho otros, los líderes que tienen la humildad y el deseo de aprender son los que tendrán éxito al enfrentar los cambios; los que no, seguirán usando las estrategias y los programas que ya dejaron de funcionar. El cambio es un fenómeno que a veces nos sorprende con la rapidez que llega.

Stephen Covey, en su libro de los Siete Hábitos De La Gente Altamente Efectiva, dice que uno no puede resolver un problema en el mismo nivel que estaba cuando surgió. Algunas veces el problema viene al líder, otras el mismo líder lo crea. Sea como sea, el líder necesita subir de nivel para resolverlo.

Cuando el covid-19 aún estaba lejos, no nos interesábamos en como liderar con su presencia porque estaba lejos. En esos mismos días, en una clase, le compartía a un grupo de líderes emergentes acerca del pensamiento sistémico, les decía que el mundo era un sistema donde todo estaba conectado y cite la siguiente frase de Buda:

“Así como una red está hecha de nudos, así mismo todo en este mundo está conectado por series de nudos. Si alguien piensa que un nudo de una red es una cosa aislada e independiente, tal persona está equivocada.”

Recuerdo que les dije que, aunque el coronavirus aún estaba lejos, ya nos estaba afectando en alguna manera porque el mundo está conectado de muchas maneras y por consiguiente nos afectaría más directamente en diferentes maneras. Uno de ellos dijo que a él no lo había afectado y que no creía que lo afectaría. Pues ya pasaron unas semanas y el virus llego a USA sin visa y todos hemos sido afectados directamente.

En conclusión, estos días me han hecho reflexionar en que como líderes necesitamos, no solo en la temporada del COVID-19, sino en todo tiempo hacer lo siguiente:

1. Ser más humildes y enseñables para aprender de otros. Los más rápidos para aprender son los niños. Por eso tenemos que ser como niños.

2. Pedir al Espíritu Santo que nos ilumine. Cuando Pedro se dio cuenta que Jesús era divino, Jesús lo felicito porque no se lo había revelado carne, ni sangre, sino el Padre que está en los cielos. Dios todavía nos ilumina si estamos abiertos a su dirección.

3. Aprender por error porque en el liderazgo uno aprende mucho metiendo la pata. No defenderse, ni justificar sus errores, sino aprender de ellos. No es problema tropezar con un escollo, pero si lo es continuar tropezando con el mismo obstáculo.

4. Consultar, en la multitud de consejeros esta la sabiduría, dice el libro de Proverbios. Nadie lo sabe todo.

5. Aprender a trabajar juntos, como decimos en UBA “Better together” (Juntos mejor) Nadie sabe suficiente para navegar solo por este mundo.

6. Usar la imaginación. La imaginación es una facultad que Dios nos dio. Nos sirve para imaginar futuros posibles contextos con el fin de anticipar como responder. Por ejemplo, Ahora nos estamos protegiendo del covid -19, pero necesitamos pensar en lo que viene después y cómo enfrentarlo.

7. Cambiar de rol. Casi siempre pensamos de nosotros mismos como maestros y líderes, pero necesitamos adoptar el rol de aprendices para continuar aprendiendo.

 

 

Reflections on the Times: COVID-19

In these days of confinement because of COVID-19, I have realized several things that I did not know about myself. For example:

1. I was unaware that I was farther behind in using technology than I thought.

2. I didn't know that I really wasn't ready to work at home. I had done it for a day or two, but not as a permanent routine.

3. I didn't know much about how viruses and bacteria are transmitted.

4. I also didn't know how to effectively protect myself from viruses.

I've heard someone say that leaders have a serious problem when we think we know enough. When that happens, our learning stagnates and is delayed because the world continues to walk, it does not stop to wait for us.

As others have said, leaders who have the humility and the desire to learn are the ones who will be successful in coping with change; those that don't will continue to use the strategies and programs that have stopped working. Change is a phenomenon that sometimes surprises us with how quickly it arrives.

Stephen Covey, in his book The Seven Habits of Highly Effective People, says that you cannot solve a problem on the same level as it was when it first arose. Sometimes the problem comes to the leader; sometimes the leader himself creates it. Regardless, the leader needs to level up to solve it.

When COVID-19 was still far away, we were not interested in how to lead with its presence because it was far away. In those same days, in a class, someone shared with a group of emerging leaders about systemic thinking. He told them that the world was a system where everything was connected. He quoted the following phrase from Buddha:

"Just as a network is made of knots, so everything in this world is connected by series of knots. If anyone thinks that a net knot is an isolated and independent thing, such a person is wrong.”

I remember telling you that, although the coronavirus was still far away, it was already affecting us in some way because the world is connected in many ways and therefore would affect us more directly in different ways. One of them said that it had not affected him and that he did not think it would affect him. Well, a few weeks have passed, and the virus arrived in the USA without a visa. We have all been directly affected.

In conclusion, these days have made me reflect that as leaders we need to do the following—not only in this season of COVID-19 but at all times:

1. Be more humble and teachable to learn from others. The fastest to learn are children. So we have to be like children.

2. Ask the Holy Spirit to enlighten us. When Peter realized that Jesus was divine, Jesus congratulated him because flesh and blood had not revealed this fact to him, but the Father who is in Heaven. God still enlightens us if we are open to his direction.

3. Learn from your mistakes. In leadership you learn a lot by screwing up. Do not defend yourself, or justify your mistakes, but learn from them. It is not a problem to stumble over a stumbling block, but it is a problem to continue to stumble over the same obstacle.

4. Consult a multitude of counselors. As the Proverbs says, this is wisdom. No one knows everything.

5. Learn to work together—as we say at UBA “Better together.” No one knows enough to navigate this world alone.

6. Use your imagination. Imagination is a faculty that God gave us. It helps us to imagine possible future contexts in order to anticipate how to respond. For example, Now we are protecting ourselves from covid -19, but we need to think about what comes next and how to deal with it.

7. Change roles. We almost always think of ourselves as teachers and leaders, but we need to take on the role of learners to continue learning.

Campo Londoño