La Vivacidad del Evangelio
Recientemente, mientras reflexionaba sobre cómo muchos creyentes luchan al compartir su fe, me acordé de lo parecido que es al proceso de aprender un nuevo idioma. Cuando recién llegué a los Estados Unidos, me enfrenté a la necesidad de verdaderamente aprender el inglés, la dificultad es que no se trataba simplemente de aprender a memorizar palabras—tenía que no solo hablarlo sino vivirlo, pensar en él, soñar en él.
Jeff Vanderstelt, en su libro vivacidad del evangelio, hace una analogía poderosa: hablar del evangelio con naturalidad requiere algo parecido—una inmersión diaria y constante en las verdades del evangelio, hasta que fluya de nosotros con sinceridad y claridad.
Vanderstelt, sostiene que ser un cristiano maduro implica aprender a “creer y hablar las verdades del evangelio en y hacia lo cotidiano.”
Como líderes, a veces damos respuestas prácticas a problemas reales (como consejos de comunicación para problemas matrimoniales), pero sin traer el evangelio al centro. El autor nos reta: ¿cómo podemos tocar el corazón si no hablamos de Jesús, quien es la verdadera solución?
Lecciones de Lenguaje Espiritual
El libro está estructurado en varias secciones que nos enseñan a pensar en términos del evangelio. Vanderstelt nos ayuda a conectar nuestra historia con la gran historia de Dios: creación, caída, redención y restauración. Esto nos da un marco para ver y hablar de la vida, no con clichés cristianos, sino con una comprensión profunda de cómo Jesús redime cada aspecto de nuestra existencia.
Esto resonó conmigo como alguien que ha dedicado años a formar líderes y comunidades en contextos urbanos. Me recordó que la transformación auténtica no se logra con fórmulas, sino cuando el Espíritu Santo nos cambia desde dentro, y entonces hablamos y vivimos desde esa transformación.
Una Comunidad Fluida en el Evangelio
Me impactó la visión de Vanderstelt de una iglesia donde todos los creyentes, no solo los líderes, discipulan con precisión, donde el cuerpo hace el trabajo pastoral día a día. Imagina lo que sería para nuestras iglesias urbanas latinas si cada miembro hablara del evangelio con claridad y gracia. ¡Eso es renovación desde dentro!
También es evidente que la influencia de Tim Keller está presente—ambos insisten en que no hay cambio real sin un cambio del corazón. Pero Vanderstelt añade herramientas prácticas para vivir esto en comunidad. Sus historias me recordaron lo importante que es escuchar con empatía a los no creyentes, reconocer las "falsas buenas noticias" en las que creen, y luego mostrar cómo sólo Jesús responde verdaderamente a su quebranto.
Aplicación Misional
La última parte del libro me animó profundamente. El evangelio no solo es una herramienta de discipulado, ¡es una estrategia misionera poderosa! Me llevó a orar más intencionalmente por oportunidades para escuchar las historias de otros, discernir sus búsquedas, y conectar esas búsquedas con la persona de Jesús.
Vanderstelt insiste que la fluidez en el evangelio no es solo hablar bien—es también escuchar bien. Con humildad, amor y sabiduría. Es construir relaciones donde Jesús sea el centro.
Mi Conclusión Personal
Como pastor y consultor que sirve comunidades marginadas y forma líderes en ciudades multiculturales, La Vivacidad del Evangelio me ha afirmado y desafiado.
Me recuerda que necesitamos comunidades donde el evangelio se habla en voz alta, se vive en comunidad, y se comparte con el mundo. Aún no soy 100% fluido, pero quiero seguir creciendo en este “idioma” del cielo.
Y oro que tú también te unas a este aprendizaje.
Victor Marte servira principalmente a las congregaciones hispanas y a las congregaciones que desean alcanzar a la comunidad que habla Español. El pastor Marte en la actualidad esta colaborando con Lideres Transformadores en el equipo de UBA y ha sevido en el liderazgo en la ciudad por algunos años.
Victor Marte recomienda La Vivacidad del Evangelio por Jeff Vanderstelt.