El Camino del Discipulado

Imagina un camino sinuoso, lleno de encuentros, aprendizajes y momentos significativos. Este camino representa el discipulado, el corazón palpitante de una iglesia que busca impactar tanto a su comunidad como a sus miembros. Sin embargo, no todos los caminos son iguales.

Durante mucho tiempo, el discipulado se ha entendido como una serie de programas estructurados, donde el enfoque principal ha sido el conocimiento. Pero en un mundo que clama por autenticidad y relaciones profundas, surge una necesidad: un discipulado que sea más orgánico, más relacional y verdaderamente transformador.

Creo que es hora de que tomemos en serio una visión más holística de nuestra ciudad.

Mi comprensión del discipulado se basa en mi propia experiencia y en parte del trabajo de Bill Beckham en La Estrategia de Expansión de Jesús.

Todo comienza en el espacio más íntimo: tu relación con Dios. Aquí no hay multitudes ni agendas. Solo estás tú, en comunión con el Creador. Este espacio personal es el fundamento sobre el cual todo lo demás se construye. “El que persigue a Dios como un deber, muy pronto verá desaparecer la pasión” Son palabras de Teólogos y creyentes devotos como A.W. Tozer y el Hermano Lawrence que han tratado estos temas en detalle.  

Es en este espacio donde las disciplinas espirituales dejan de ser una carga para convertirse en el puente hacia una relación vibrante con Dios:  

  • Practicar Su presencia en los momentos cotidianos.  

  • Vivir en obediencia radical bajo Su señorío.  

  • Aplicar su Palabra de forma intencional en cada aspecto de la vida.  

  • Escucharle en oración, cultivando una conversación íntima y constante.  

Aquí, la transformación comienza, y ese "primer amor" que a menudo se pierde, se renueva y fortalece. Jesús lo expresó maravillosamente: “Ya no los llamo siervos, sino amigos…” (Juan 15:14-16). Este espacio es la base donde los corazones se moldean y se preparan para liderar y guiar a otros.

Renovando La pasión por Dios

A medida que avanzas en intimidad con Cristo, el camino te lleva a un círculo más pequeño, de 2 a 4 personas. Estos espacios íntimos de amistad son como fogatas encendidas en medio de la noche, donde puedes abrir tu corazón, rendir cuentas y compartir la vida con otros. Aquí, la fe no solo se vive, sino que también se refuerza en comunidad.  

Es en estos pequeños círculos donde el discipulado adquiere profundidad, donde se cultivan relaciones que inspiran confianza y permiten el crecimiento mutuo.

El viaje continúa hacia un espacio un poco más amplio: un grupo de 5 a 12 personas, un entorno familiar donde puedes compartir la vida, crecer en la Palabra y ser parte de una comunidad que edifica. Inspirado en el modelo de Jesús con sus discípulos, este espacio no solo es una fuente de evangelismo y discipulado, sino también un lugar donde las relaciones se fortalecen y los corazones se entrelazan.

Finalmente, llegamos al espacio público, el lugar donde la iglesia como cuerpo se reúne para adorar, celebrar y ser renovada. Estos momentos son fundamentales para recordar que no caminamos solos, sino como parte de una familia espiritual más grande. Las reuniones generales y eventos congregacionales son momentos para edificar la unidad y avivar la visión colectiva.

Este modelo de discipulado orgánico no se trata de imponer un programa rígido, sino de permitir que las personas crezcan a su propio ritmo en diferentes contextos. Es una invitación a un estilo de vida donde las relaciones auténticas y las disciplinas espirituales se entrelazan para producir una multiplicación natural de líderes y creyentes apasionados.  

En un mundo que a menudo busca atajos, el discipulado orgánico nos recuerda que el verdadero crecimiento requiere tiempo, intencionalidad y relaciones profundas. Como iglesia, este camino no solo nos renueva, sino que también nos equipa para impactar nuestras comunidades de una manera más efectiva.

La invitación está sobre la mesa: ¿Estás listo para iniciar este camino? El discipulado no es solo una tarea, es una oportunidad de experimentar la plenitud de la amistad con Dios y compartir ese gozo transformador con otros.

Para más información, puedes escribirme a victor@ubahouston.org.

Victor Marte servira principalmente a las congregaciones hispanas y a las congregaciones que desean alcanzar a la comunidad que habla Español. El pastor Marte en la actualidad esta colaborando con Lideres Transformadores en el equipo de UBA y ha sevido en el liderazgo en la ciudad por algunos años.

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